Fundada en 1993, ACN comenzó a partir de una visión de cuatro empresarios: Greg Provenzano, Robert Stevanovski, Tony Cupisz y Mike Cupisz. Los fundadores reunían entre ellos innumerables años de experiencia en la venta directa, pero se sentían insatisfechos con las empresas y las oportunidades laborales que habían encontrado. Así se dieron cuenta de que la única forma de encontrar una empresa de la que quisieran formar parte era creándola.
De este modo y con una libreta frente a ellos, diseñaron un plan de empresa. A un lado del papel anotaron todo lo que sabían que funcionaba bien y al otro lado lo que no. Rompieron el papel en dos y se quedaron con la parte que contenía lo que pasaría a ser los principios según los cuales funciona ACN: integridad, prácticas empresariales rectas y el compromiso de poner las necesidades de los demás por delante de las de ellos mismos.
A partir de ese papel, nació una idea que se centraría en ofrecer servicios que las personas necesitan y usan a diario... servicios que no exigen que se cambie de hábitos de consumo ni que se compre un producto innecesario o costoso.
ACN comenzó la actividad como revendedora de servicios de telefonía fija en los Estados Unidos, pero con el tiempo se ha expandido hasta ofrecer servicios básicos de uso cotidiano a clientes de más de 24 países. ACN es la mayor empresa del mundo de venta directa en el sector de las telecomunicaciones, energía y otros servicios básicos para particulares y pequeñas empresas, pero sobre todo, ha conseguido que una inmensa cantidad de personas cambien de vida.
Con esa sencilla columna en una libreta, los fundadores de ACN adoptaron una postura proverbial que pondría el listón de lo que ACN sería y seguirá siendo durante mucho tiempo. Esos son los principios que empujan a la empresa en la actualidad, más de dos décadas después.
Conozca a los fundadores